viernes, 7 de enero de 2011

Población rusa se extingue por esterilidad y problemas sociales

La esterilidad y los problemas sociales agudizan la crisis demográfica que Rusia padece desde hace tres lustros, con más muertes que nacimientos y una población diezmada por el alcoholismo y la drogadicción.

Al menos siete millones de mujeres y cuatro millones de hombres en Rusia no pueden tener hijos porque son estériles, denunció hoy Vladímir Kulakov, director del Centro de Ginecología de la Academia de Ciencias de Rusia.

"Estas cifras revelan apenas uno de los tantos aspecto negativos que impiden el crecimiento de la población y agudiza la crisis demográfica que vive Rusia", dijo Kulakov.

El científico dijo que, entre otras causas, la esterilidad en los hombres está relacionada con las enfermedades venéreas y que los abortos determinan la pérdida de fertilidad en la mayoría de las mujeres.

Explicó que en los últimos doce años los casos de sífilis y otras enfermedades venéreas en Rusia se multiplicaron por ochenta veces, especialmente entre la población masculina de entre 18 y 30 años.

Los abortos causan estragos, porque uno de cada cinco se practica a menores de 18 años y de los 1,6 millones realizados por entidades públicas el año pasado, entre el 10 y el 15 por ciento fueron clínicamente "difíciles", subrayó Kulakov.

Las mujeres que se deciden a abortar en las clínicas estatales, que son la mayoría, corren un gran riesgo, porque entre el 7 y el 8 por ciento quedan estériles.

Según los datos del Centro de Ginecología de la Academia de Ciencias de Rusia, la esterilidad afecta al 17,9 por ciento de la población femenina en edad reproductiva (de 15 a 49 años) del país.

Afirmó que los abortos en Rusia han alcanzado cifras críticas porque si se suman los practicados en las clínicas privadas, éstos superan en un 30 por ciento el número de nacimientos en Rusia, que totalizaron 1,5 millones en 2004.

"Abortos todos los días, sin festivos", se puede leer en los avisos clasificados de algunos de los periódicos de mayor tirada del país.

Según las estadísticas oficiales, desde hace quince años Rusia tiene la mortandad de un país en guerra y el año pasado se produjeron 16 muertes por cada 1.000 habitantes, mientras que la natalidad apenas fue del 10,3.

El índice de mortalidad infantil -niños muertos menores de un año por cada mil nacimientos- es uno de los más altos de Europa y el año pasado fue de 14,8 contra el 15,6 en 2003.

De acuerdo a un informe del ministerio ruso de Salud los últimos dos años se redujo la propagación de enfermedades infecciosas como la tuberculosis, y la hepatitis B y C, pero siguen siendo altas las dolencias cardíacas, el cáncer y el SIDA.

La drogadicción, alcoholismo y los accidentes laborales y domésticos figuran entre los factores determinantes en la mortalidad del país, y en menor medida, la contaminación ambiental, el encarecimiento de las medicinas y la atención médica deficiente.

A consecuencia de estos factores, la población rusa disminuye entre 750.000 y 800.000 personas cada año y la esperanza media de vida actualmente es de 65 años, mientras que hace 17 años, en 1988, era de 70 años.

Las dificultades económicas y el precario estado de la seguridad social, también empañan el panorama demográfico del país, donde el 48,3 por ciento de los matrimonios no tienen hijos y cada vez son más numerosas las parejas que planifican su familia.

Además, la edad promedio en la que las mujeres tienen el primer hijo se ha desplazado a los 35 años, lo que incide negativamente en la maternidad y la salud de los recién nacidos.

De las 41 millones de familias en Rusia, el 34 por ciento tienen un solo hijo, un 15 por ciento tienen dos y apenas el 2,7 por ciento tienen tres y más hijos, reveló recientemente YekaterinaLiájova presidente de la comisión parlamentaria para la defensa de la familia y la infancia.

"Cada año en el país nacen al menos 400 mil niños de madres solteras, y uno de cada siete niños en el país crece con solo uno de sus progenitores", subrayó la diputada al destacar otro de los factores que influyen negativamente en la familia.

Sólo el año pasado 65.000 menores fueron declarados huérfanos porque sus padres perdieron la patria potestad por delincuencia, alcoholismo, drogadicción o violencia doméstica.
Varios jóvenes beben cerveza en una calle de Moscú (Rusia) junto al Kremlin.


Nanyoly Mendez
CAF

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