El nivel de consumo en Rusia supera ocho veces la media de los países de la Unión Europea. El 90% de los drogadictos rusos están enganchados a la heroína afgana y el 65% de los portadores del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) resultaron infectados por vía intravenosa.
“Anualmente, Rusia pierde unas 30.000 personas, en su mayoría jóvenes, por el abuso de estupefacientes, y su lugar no tarda en estar ocupado por nuevos drogadictos”, dijo el jefe del SFLN, Víctor Ivanov, en una reunión del Comité Estatal Antidrogas.
El funcionario denunció que el consumo de drogas en Rusia se multiplicó por diez desde 1990, señaló la agencia Interfax.
Según datos oficiales, en Rusia alrededor de seis millones de personas consumen drogas habitualmente y el número de drogadictos registrados asciende a unos 500 mil, aunque la cifra de los que han probado algún tipo de narcótico alcanza los 15 millones.
“Las tendencias negativas se ven con claridad en la estadística anual de detección de nuevos consumidores de drogas: en 2005 fueron registrados 60.000 nuevos drogadictos; en 2006, 70.000, y en 2007 ya eran 78.000”, manifestó Ivanov.
“Un número predominante de los drogodependientes en Rusia se ubica entre los 18 y los 39 años, y en el mismo grupo se encuentra la mayoría de los infectados del VIH”, señaló el jefe del SFLN.
Según Ivanov, el perjuicio socioeconómico causado por la drogodependencia alcanza 1,5 billones de rublos (unos 53.540 millones de dólares; 42.450 millones de euros), el equivalente al 2,5 por ciento del Producto Interior Bruto del país.
“Esta suma no incluye el perjuicio económico directo causado por 'narcodinero' al sistema financiero y a los negocios legales”, subrayó el funcionario.
Denunció que uno de los principales factores para el aumento del tráfico de drogas, además del insuficiente control de fronteras, es “la legión de inmigrantes laborales”, legales o no, cuyo número ya supera el 10 por ciento de la población activa de Rusia.
Explicó que los inmigrantes, procedentes sobre todo de los países pobres de Asia Central, viajan a Rusia al amparo de los acuerdos de exención de visados y suponen para las mafias un “caldo de cultivo ideal” para contratarlos para transportar droga.
Según Ivanov, el SFLN ha detectado casos en los que algunos de ellos han llegado a cruzar la frontera rusa hasta 150 veces al año.
Nanyoly Mendez
CAF
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