El padre de la bomba atómica es judío, el padre de la bomba de hidrógeno es judío. Israel entonces debe poseer bombas atómicas.
El uso de la energía nuclear no es necesariamente un encierro per se con fines bélicos, tampoco es algo de exclusivo carácter armamentista, militar y destructivo, es también una realidad de construcción y vida.
Existe el uso del recurso nuclear con fines pacíficos. Por ejemplo: en el planeta existen más de 450 centrales nucleares que producen el 16% de la electricidad mundial, tendencia que va en aumento, pues es una alternativa cada vez más solicitada por los países del mundo. Asimismo, es una fuente para el desarrollo de la agricultura, el agro y una gran contribución al desafío alimentario. Por otra parte, es un pilar en la medicina moderna, la radiofarmacología, la biología, la genética, etc; permite conocer el tiempo de formaciones geológicas y arqueológicas; ayuda a la preservación ambiental y ecológica. Otro aspecto importante es que frente a la cercana crisis mundial del agua, la energía nuclear facilita la detección de reservas de aguas subterráneas y permite la dulcificación de aguas saladas.
La utilización del combustible nuclear es una alternativa esperanzadora ante el drama del combustible fósil, ya que él mismo es el gran causante del gas que genera el aumento del efecto invernadero y el calentamiento global, etc.
La bendición y maldición reposan en la humanidad. El desnudo deseo de la conciencia humana es que ningún país utilice la energía nuclear con fines bélicos.
Hoy, de los 193 países que conforman el planeta, nueve países utilizan este recurso con fines bélicos. Los cinco países que conforman el Consejo de Seguridad de la ONU son los que más inseguridad representan, ya que todos poseen bombas atómicas: Estados Unidos (cerca de 10 000), Rusia (cerca de 6 000), Francia (350), Inglaterra (200) y China (130).
Aparte, se encuentran la India (que posee cerca de 60), Pakistán (cerca de 30) y Corea del Norte (cerca de 10 bombas atómicas). Son muchos los países que renunciaron a la carrera bélica nuclear.
Aparte, se encuentran la India (que posee cerca de 60), Pakistán (cerca de 30) y Corea del Norte (cerca de 10 bombas atómicas). Son muchos los países que renunciaron a la carrera bélica nuclear.
Ahora, el régimen colonial de Israel, fabricado en 1948, en tan solo 60 años de colonialismo ya posee cerca de 400 bombas nucleares (Avner Cohen). En la actualidad, es la tercera fuerza portadora de armas de destrucción masiva del mundo, después de Estados Unidos y Rusia, y es la única que posee armas de destrucción masiva en todo el Medio Oriente.
Esta identidad colonial de alcurnia europea inyectada en el Medio Oriente, exactamente en Palestina. Desde su nacimiento mismo es ya un paquete potencia mundial. No nace bebé, nace con barbas, bigote, habla, camina, corre, lee y escribe. Israel es un híbrido colonial de la aria Europa, EE. UU. y Canadá… Prueba de ello es que en 1967 (en apenas 19 años de haberse fabricado el régimen colonial) logró, en tan solo seis días, derrocar cinco ejércitos árabes, y hoy posee numerosas bombas atómicas…
Francia, EE. UU. e Inglaterra formaron parte en la génesis de esta carrera de terror, bélico-nuclear israelí. Ya, en el 1947, el polaco David Ben Gurión crea el departamento científico del grupo terrorista Haganah; en 1948, el ejército colonial de Israel crea el Instituto Científico HemedGimmel y, en 1949, comienza la búsqueda de uranio en el desierto del Neguev. En 1954, el colonialismo israelí firma un acuerdo de cooperación nuclear con EE. UU. e igualmente logra, en 1956, que Francia le construya en secreto un reactor nuclear.
En 1950 y 1960, Inglaterra le vende agua pesada y asesoría. La asesoría que prestó Inglaterra fue sobre todo a través del primer presidente del régimen colonial israelí, ChaimWeizmann, judío sionista bielorruso, quien había descubierto un importante explosivo químico en 1917 y que donó al Estado británico para persuadir en la Declaración de Balfour (1917), acuerdo en el que Inglaterra se compromete a otorgar Palestina (colonia inglesa) al movimiento sionista internacional, con el fin de crear un hogar judío.
Francia extraía uranio del saqueo a sus colonias esclavas africanas para el colonialismo israelí. Posteriormente, el colonialismo israelí obtenía del ario régimen del Apartheid de Suráfrica grandes cantidades de uranio, e igualmente del mercado negro.
El régimen colonial israelí continúa su colosal industria bélico-nuclear, convirtiéndose en un secreto público, aunque no es hasta 1986 cuando el técnico israelí MordechaiVanuno declara a la prensa británica que Israel posee 200 bombas atómicas. Las Fuerzas Armadas Americanas levanta un informe titulado: El tercer templo… llevado a cabo por el Coronel Warner D. Farr, él mismo sostiene, que Israel hoy posee cerca de 400 bombas nucleares.
El colonialismo israelí jamás ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear, como exigencia internacional. Pero, recientemente, han declarado que poseen armas nucleares. Lo ven oportuno declararlo ahora justificándolo ante una falsa amenaza de Irán, y así impedir el desarrollo moderno de pueblo alguno del Medio Oriente, concentrando de esta manera la hegemonía y por lo tanto mantener al resto bajo dominación. También continuar su política de limpieza étnica y expansionista en el Medio Oriente.
El químico alemán judío-sionista, Ernest David Bergmann, padre del programa nuclear del colonialismo israelí, en 1952 había manifestado: «Israel debe poseer la bomba atómica para cerciorarnos que nunca jamás seremos enviados a las cámaras de gas». Lo amargamente irónico es que Israel se ha constituido en el lugar de mayor peligro para los judíos.
Nanyoly Mendez
CRF
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