Los dirigentes palestinos encaran 2011 decididos a proclamar este año su Estado independiente, analizando las posibles alternativas a unas negociaciones de paz con Israel que resultaron totalmente infructuosas.
Símbolo del cambio de rumbo tomado a partir de una reunión árabe en Libia el pasado 8 de octubre, el presidente palestino, Mahmud Abas, colocó el viernes la primera piedra de la embajada de Palestina en Brasil, pionero de una serie de países latinoamericanos (seguido después por Argentina, Bolivia y Ecuador) que reconocieron en diciembre el Estado palestino basado en las fronteras anteriores a junio de 1967.
Desde entonces, Abas acepta considerar todas las alternativas, que van desde iniciativas diplomáticas a decisiones radicales, como la suspensión de los acuerdos con Israel o, incluso, la disolución de la Autoridad Palestina.
En un discurso con motivo del 46º aniversario de la creación de su partido, Fatah, Abas instó el viernes en la necesidad de sustituir con un plan internacional el proceso de paz, convertido en un instrumento "de gestión más bien que de resolución de conflicto". "Pedimos al Cuarteto para Oriente Medio (EEUU, ONU, Unión Europea, Rusia) y a las diferentes instituciones de la ONU, empezando por el Consejo de Seguridad, elaborar un plan de paz conforme a la legalidad internacional, en lugar de continuarlo que se ha convertido en un proceso de gestión más bien que de resolución del conflicto", declaró.
Mientras tanto, los estrategas palestinos estudian una proclamación del Estado palestino en septiembre de 2011, aprovechando una triple circunstancia: por un lado, ese mes finaliza el plazo de un año fijado para las negociaciones de paz directas, así como el plan de dos años marcado por el primer ministro SalamFayyad para poner las bases de un Estado.
Finalmente, en ese mes se celebrará la próxima Asamblea General de Naciones Unidas.
Abas previno el 11 de noviembre que consideraba "un compromiso" del presidente estadounidense, Barack Obama, su reconocimiento en esa reunión de Palestina "como nuevo miembro de la ONU" en caso de un acuerdo de paz.
Frente a la reticencia de Estados Unidos, padrino de las negociaciones entre ambas partes, los representantes palestinos piensan en solicitar ante el Consejo de Seguridad el reconocimiento en base a las fronteras de 1967, una vez cuenten con el apoyo de la mayoría de países. De no lograrlo, los palestinos podrían hacer lo propio ante la Asamblea General, que puede suplantar al Consejo de Seguridad si éste está paralizado por el veto de un miembro permanente, en virtud de una resolución adoptada en 1950, en plena Guerra Fría.
El Consejo de Seguridad estudiará en los próximos días un proyecto de resolución, presentado por palestinos y países árabes, con el fin de detener la colonización judía, lo que permitirá medir la determinación de Estados Unidos a ejercer su derecho de veto en favor de Israel.
Israel se alarma por estos movimientos diplomáticos, que se tradujeron en el reconocimiento de Palestina por los cuatro países sudamericanos y el auge de varias representaciones palestinas en Europa. "No me sorprendería si el año próximo el mundo entero, incluido Estados Unidos, reconocen un Estado palestino", admitió el pasado 26 de diciembre el ministro israelí Binyamin Ben Eliezer.
Si estas iniciativas no dan frutos, los dirigentes palestinos prevén reclamar estar bajo administración internacional, sea por la vía de la reactivación del Consejo de Tutela de la ONU (encargado de acompañar a los territorios colonizados hacia la autonomía o la independencia) o, más probablemente, seguir el modelo de Kosovo.
La creación de una administración internacional, no obstante, quedaría también a expensas de un eventual veto estadounidense, advierten los responsables palestinos.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), MahmudAbás (i), asiste al lugar donde se construirá la embajada de Palestina en Brasilia (Brasil), donde colocó la primera piedra de la edificación.
Nanyoly Mendez
CRF
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